¿Tiene la destrucción un firme asiento en el alma? Parece que sí, aunque nos duela aceptarlo. Tanto la psicología como la antropología acumularon pruebas: el hombre puede ser más cruel que los lobos. Y ahora tiene la capacidad de poner en riesgo el planeta. El control y la sublimación de sus propios instintos homicidas es un desafío al que el ser humano debe dedicar sus mejores energías. El impulso vital, que desarrolla una labor de cíclopes para frenar a su enemigo permanente, prevalece en aquellos que sienten y brindan amor, y que transitan la existencia con más armonías que disonancias.
A lo largo de este libro fascinante, Marcos Aguinis guía al lector por el electrizado dédalo del odio y le muestra sus tramposas facetas. Con sagacidad y coraje, averigua qué es la venganza, explora el misterioso poder del sacrificio, devela las presunciones integristas y diseca el corazón del antisemitismo. El viaje, lleno de sorpresas, culmina con el examen de los antídotos posibles contra el odio y abre una esperanzada puerta a un mundo mejor.