Marcos Aguinis es una de las grandes voces de una literatura de compromiso moral en la Argentina. De origen judío y formado como médico, ha ejercido, por lo menos desde la época del proyecto oficial la redemocratización de la cultura argentina a mediados de la década de 1980, un papel protagónico en la articulación de interpretaciones sobre el autoritarismo, la violencia, el neo- fascismo, la impunidad, la opresión y la represión que se han servido históricamente – y, por ende, como una parte integral de la presente sociedad nacional – de los esquemas sociopolíticos de la Argentina. No es cuestión de sostener que la Argentina sea única en adherir a semejantes ideologías estructurales, sino de emprender un análisis para entender en qué medida ha sido difícil, cuando no imposible, para dicha sociedad de sobrellevarlas, a pesar de los varios proyectos democráticos que han tenido como finalidad transcender una estricta verticalidad del poder.
Desde un principio, la tarea literaria e intelectual de Aguinis ha sido poner en evidencia semejantes estructuras ideológicas. La ignorancia sobre su existencia y cómo funcionan es lo que más permite que circulen libremente. Naturalizar la verticalidad del poder es la primera operación para correrle un tupido velo que la reflexión cotidiana y casual del ciudadano es incapaz de penetrar y, por consiguiente, de escrutar. De ahí que la función primordial del trabajo literario e intelectual es emprender la rotura de este velo para acceder a la dinámica de semejante naturalización, para luego proceder a pormenorizar cómo funcionan, como se imponen y cómo se legitiman las estructuras del poder autoritario y represivo.
Aunque ha habido un sostenido reconocimiento de los originales aportes de la producción artística de Marcos Aguinis, faltaba hasta el momento una revisión de conjunto de sus textos y una exposición acreditada de todos los parámetros morales, sociales, políticos y culturales de los mismos. El presente estudio se ocupa de proporcionar el análisis a fondo que se merece la producción cultural de Aguinis. López-Calvo detalla las principales obras de Aguinis, analizándolas en términos de su pertinencia a los procesos sociohistóricos de la Argentina en el siglo veinte, especialmente en lo que a los narremas fundacionales del país se refiere. Por eso, descuellan en este estudio núcleos fundamentales como la historia de la inmigración en la Argentina, el papel de la Iglesia católica, la institución de las fuerzas armadas, la configuración de la burguesía dominante y el poder de la sociedad porteña que tanto perjudica la salud económica y política del resto del país. La novelística de Aguinis es en particular una tensa creación de ideas y de personajes; en este sentido su escritura se empalma con una larga tradición en las letras hispánicas de construir argumentos ficcionales para lograr una confrontación dialéctica entre distintas fuerzas socio-ideológicas, sin la necesidad de profundizar exclusivamente en los procesos psicológicos de los mismos. En ese sentido, López-Calvo hace bien en hablar en términos de la “alegoría nacional. En este sentido, Aguinis ejemplifica el concepto de narrativa alegórica que defiende Fredric Jameson, es decir el imperativo de concebir la producción cultural en términos de una interpretación del “inconsciente político.”
López-Calvo logra admirablemente el propósito de profundizar en la producción literaria de Aguinis y de exponer las enormes cualidades estéticas, morales y éticas que tiene este escritor, como uno de los más elocuentes voceros en la literatura argentina contemporánea. Un escritor que enfrenta con las estructuras ideológicas profundas de su país, las pone sobre el tapete de la conciencia nacional y emprende una sana, y sanitaria, reflexión sobre ellas en áras de ver si, en algun momento, será posible para la Argentina librarse de su pasado autoritario y de emprender, de una vez por todas, el camino hacia una sociedad realmente democrática e igualitaria.
